Para el artista, las matemáticas no consisten en los varios ramas de las matemáticas. No es necesariamente una cuestión de cálculo sino algo de la presencia de una energía soberana; una ley de la resonancia infinita, consonancia, organización. El rigor no es nada con excepción de el que dé lugar verdad a una obra de arte, si sea un dibujo de Leonardo, o la exactitud temible del Parthenon (comparable en el corte de su mármol incluso con el de máquinas de herramientas), o al juego implacable e impecable de la construcción en la catedral, o la unidad en un Cézanne, o la ley que determina un árbol, el esplendor unitario de raíces, el tronco, ramas, las hojas, las flores, y la fruta. La ocasión no tiene ningún lugar en naturaleza. Una vez que uno haya entendido que matemáticas están - en el sentido filosófico - después de eso uno puede discernirlo en todos sus trabajos. El rigor, y la exactitud, son los medios detrás de alcanzar las soluciones, la causa detrás del carácter, el análisis razonado detrás de la armonía.
Le Corbusier, 1948

For the artist, mathematics does not consist of the various branches of mathematics. It is not necessarily a matter of calculation but rather of the presence of a sovereign power; a law of infinite resonance, consonance, organisation. Rigour is nothing other than that which truly results in a work of art, whether it be a Leonardo drawing, or the fearsome exactness of the Parthenon (comparable in the cutting of its marble even with that of machine-tools), or the implacable and impeccable play of construction in the cathedral, or the unity in a Cézanne, or the law which determines a tree, the unitary splendour of roots, trunk, branches, leaves, flowers, and fruit. Chance has no place in nature. Once one has understood what mathematics is – in the philosophical sense – thereafter one can discern it in all its works. Rigour, and exactness, are the means behind achieving solutions, the cause behind character, the rationale behind harmony.
Le Corbusier, 1948